Mindfulness y yoga
Mindfulness y yoga representan una unión perfecta. Una manera coherente y natural de equilibrar cuerpo y mente. El primer fin de semana de junio presentamos dos talleres de yoga y mindfulness dentro de la programación de Madrid Surf Film Festival.
El vínculo natural entre yoga y meditación hace que quienes practican una de estas disciplinas tengan una predisposición natural hacia la otra, y es por ello que nos planteamos organizar un taller en el que los asistentes pudieran profundizar en ambas y entender cómo ambas benefician a la práctica de surf: dedicar toda nuestra atención a lo que hacemos, conectar cuerpo y mente, controlar la respiración, mantener el equilibrio. Preparar nuestro cuerpo para los movimientos que requiere este deporte, y la mente para un entorno cambiante expuesto a peligros y a situaciones imprevisibles.
Yoga: una sesión de Ashtanga pensada para surfistas
Contamos con la colaboración del profesor de yoga Borja García Taucer, que guió una clase de Ashtanga yoga en la que los asistentes fueron activando cada parte de su cuerpo. Una sesión muy dinámica pensada para surfistas, pero adecuada para los diferentes niveles de práctica que se dieron cita: el yoga es una práctica individual, aunque se aborde en grupo. Cada persona adapta la sesión a sus necesidades personales, respeta sus límites y escucha su cuerpo.
Mindfulness: concentración y profundización en tu mente
La sesión de yoga fue bajando el ritmo y preparando a los asistentes para la meditación mindfulness. Habíamos despertado cada músculo del cuerpo y la mente había entrado en un estado de concentración perfecto para comenzar la meditación. De nuevo los perfiles de los asistentes eran heterogéneos: personas que nunca habían meditado y otras que tenían años de experiencia. Todas ellas estaban unidas en una misma práctica, pero en ejercicios muy personales. La meditación trató de acompañarles a todos, de guiarles en sus dudas y dificultades. Profundizar en su mente y estar con ella. Con sus hábitos, con sus reacciones… Terminada la práctica fuimos conectando lentamente de nuevo con nuestra experiencia, con los sonidos y el entorno hasta salir de la meditación encontrando una sonrisa generalizada.
La respuesta de los asistentes fue sin lugar a dudas la parte más enriquecedora de este taller. Verles prepararse para salir con una actitud, un ritmo y una expresión distintos de los que trajeron al llegar. Escucharles compartir la experiencia e interesarse por repetirla. A día de hoy aún nos llegan regalos como el post de Beatriz Peláez, de Run Your Mind, donde refleja de forma muy bella y sutil su experiencia en este taller.
Sin lugar a dudas las clases de yoga y mindfulness han conquistado su hueco en nuestra programación de cara al próximo otoño. ¡Muy pronto os daremos más información!.
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