Cómo convertir una tarea rutinaria en un momento mindfulness

Barrer, fregar los platos, limpiar el polvo… no parece una lista de tareas fascinantes, pero ¿sabes que podrían convertirse en tus mejores aliadas para trabajar la atención plena?

Según un estudio realizado por la Universidad de Florida, las personas que fregaban los platos manteniendo la atención en las sensaciones físicas, redujeron en un 27% el nerviosismo y aumentaron en un 25% la capacidad de inspiración. Si comparamos estos beneficios con los que se obtiene fregando platos en “piloto automático”, dejando a nuestra mente saltar de pensamiento en pensamiento parece que esta actividad tiene mucho más que ofrecernos de lo que cabría pensar.

MINDFULNESS: CENTRARSE EN LAS SENSACIONES

La mecánica es sencilla: simplemente tenemos que centrar nuestra atención en la actividad que estamos haciendo y centrarnos en las sensaciones que vamos percibiendo. A continuación te dejamos algunas pautas que te guiarán la próxima vez que abordes esta tarea:

  1. En primer lugar vamos a tratar de realizar todo este proceso dejando a un lado nuestros pensamientos, cada vez que nos demos cuenta de que nuestra atención se desvincula de lo que estamos haciendo, intentaremos dejar a un lado esos pensamientos y volver a las sensaciones.
  2. Sé consciente de la situación, y con eso no nos referimos a la situación de “hoy me toca fregar”, sino a observar los platos, las manchas, si hay restos de la comida…Date cuenta de los colores y formas, de la solidez de las manchas. Después lleva la atención a tu cuerpo: ¿cuáles son las sensaciones físicas? Escanea tu cuerpo de los pies a la cabeza sintiendo el contacto con el suelo, la postura, si hay alguna tensión…
  3. Presta atención a tu tono emocional, puedes estar irritado, aburrido… Date cuenta también de los pensamientos que vienen a tu mente: “Cuando termine esto veré una película”, “siempre me toca a mí»…
  4. Comienza a limpiar lentamente, siente la temperatura del agua en contacto con tu piel. Después ve notando cómo se forma la espuma. Si la observas detenidamente verás que esta compuesta por montones de burbujas de diferentes tamaños e incluso los pequeños arcoíris que forma la luz en cada una de ellas.
  5. Por un momento trata de suavizar tus movimientos y deja que el jabón haga el trabajo de limpieza, aclara el plato y observa el resultado. Date cuenta de cómo has transformado un plato sucio y quizá pegajoso en otro limpio, brillante y suave. Admira tu trabajo y después deja el plato en el lugar donde debe secarse, deja que esa sensación de satisfacción te abandone y vuelve a comenzar con el siguiente plato.

Durante todo este proceso permítete asombrarte con cada parte del proceso como lo haría un niño.

Ten en cuenta que estos pequeños momentos de meditación informal te van a ayudar a trabajar la atención consciente. Aunque al principio notes que tu mente viene y va, poco a poco se irá acostumbrando a estar en el presente, y cada vez será más fácil para ti mantenerla.

Recuerda que cada vez que te enfrentes a una tarea lenta, repetitiva y física, tienes un momento estupendo para trabajar mindfulness.

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