Mindfulness en la vida cotidiana

Con frecuencia ocurre que, cuando terminamos una formación de mindfulness, a medida que pasa el tiempo y sin darnos cuenta vamos olvidando algunos conceptos y herramientas. Hoy queremos darte algunos trucos para mantener mindfulness muy presente en tu vida cotidiana (incluso si aún no has hecho ningún curso). La idea es que más allá de nuestra práctica de meditación podamos trasladar mindfulness a nuestro modo de vida modificando ligeramente algunos hábitos:

  • Aseo personal: Ducharnos, lavarnos los dientes, ponernos crema… todas estas actividades son muy sensoriales y casi siempre relajantes. Podemos aprovechar esos momentos para trabajar la atención consciente, dejar a un lado los pensamientos y volcar nuestra atención en las sensaciones físicas.
  • Salir de casa cada día: Cuando sales a la calle, ¿qué sensaciones surgen? Quizá notes la temperatura del aire en tu piel, la luz del sol deslumbrándote, algunos árboles que empiezan a florecer… Permite que esos segundos sean para observar las sensaciones que te produce el entorno, y desconecta de los pensamientos habituales que suelen surgir cuando te dispones a ir al trabajo.
  • Pausas: Es posible que cada día pases muchas horas trabajando, y que incluso lo hagas bajo un ritmo de exigencia alto. Si es así para. Cada hora, cada dos horas, para durante tres minutos y respira. Es verdad que hay momentos en los que ni te levantas para ir al baño y tres minutos respirando pueden parecer una pérdida de tiempo innecesaria. No obstante esto te va a permitir recuperar el foco y rendir mejor. Como guía puedes escuchar la práctica de meditación «Pausa de tres minutos» en el apartado recursos gratuitos de nuestra web.
  • Comer: La comida es una fiesta para nuestros sentidos, todos pueden participar de ella, pero curiosamente solemos comer con los sentidos aletargados y dando todo por hecho. Prueba a comer en atención consciente atendiendo a los colores y formas, texturas, aromas, sonidos (¡sí, la comida suena!) y por supuesto sabores: intenta ir más allá del sabor de lo que comes, trata de identificar ingredientes, especias…
  • Deja el móvil en el bolsillo: reprime la tentación de mirar el móvil a cada segundo, de no aburrirte, de controlar que pasa en tu mundo social virtual y conecta con lo que está pasando en ese momento mientras viajas en metro, esperas en la consulta del médico, subes en ascensor… ¿Cómo te sientes? ¿qué piensas? ¿qué ocurre a tu alrededor?
  • Volver a casa cada día: Cuando vuelvas a casa, antes de entrar por la puerta, observa qué traes en tu mente y cómo te sientes y piensa por un momento si quieres llevar ese estado emocional a tu espacio de descanso, a tu casa.
  • Tiempo para ti: esto es lo más difícil, porque supone introducir una ruptura en nuestra rutina, pero a medida que lo vayas incorporando será más fácil. Trata de buscar cada semana una actividad que puedas hacer en soledad y te resulte agradable. Puede ser dar un paseo, cuidar tus plantas, preparar un bizcocho, escuchar tu canción favorita, visitar un lugar que te guste… Aquí la creatividad está a tu servicio, recuerda buscar calidad y no cantidad, vas a descubrir cómo esos momentos de calma y soledad son tremendamente enriquecedores.

Recuerda que si te apetece profundizar en la práctica de mindfulness o en aspectos más formales, te esperamos en nuestros cursos de Mindfulness en Madrid o si quieres desarrollar todos sus beneficios en tu entorno laboral, no dudes en consultar nuestros programas oficiales de mindfulness para empresas.