Una Navidad consciente

Este año te propongo vivir una Navidad más consciente. Aplicar mindfulness a la manera en que afrontas estas próximas semanas, en especial  a la manera de consumir. Casi por definición la navidad viene asociada a la idea de regalos, de hecho invertimos buena parte de nuestro tiempo en ellos.

Según la Asociación Española del Corazón, en esta época nuestros niveles de estrés se disparan. Afortunadamente hay muchas formas de evitar que esto ocurra, y este año vamos a poner el foco en la manera de abordar los regalos.

Hace unos años me propuse invertir el menor tiempo posible en esta actividad y decidí hacer buena parte de mis compras online… Este año me planteo algo bien distinto. Mindfulness significa atender de forma consciente a lo que hacemos, es decir, darnos cuenta de qué hacemos en cada momento, de qué manera, e incluso cuales son las consecuencias de esas acciones para el entorno. Después de reflexionar acerca de la conexión entre mindfulness y el acto de regalar entiendo este último, no como un compromiso, sino como una oportunidad para ilusionar a las personas que quiero, así que es algo que este año me he planteado hacer de forma consciente para así poder disfrutarlo.

Ilusionar

El punto de partida es cambiar el objetivo. No deberíamos regalar tratando de cumplir con una obligación o compromiso, sino tratando de ilusionar. Esto va a requerir o bien que durante el año vayamos apuntando cosas que podemos regalar a la gente que apreciamos a medida que van surgiendo ideas, o que dediquemos tiempo a pensar en esa persona: lo que le gusta, lo que no hace para sí misma, lo que podría gustarle… Regalar no es sólo entregar algo que espera o necesita (que también), sino que nos permite abrir nuevos horizontes a esa persona, ya sea a modo de experiencia,  de literatura, de música… y regalar de este modo un trocito de nosotros y de nuestra forma de entender el mundo.

Parar un rato para pensar en una persona es, aunque no lo parezca, un ejercicio de empatía muy poderoso, incluso un ejercicio de mindfulness. Paramos por un momento en casa, disfrutando de nuestro espacio y dedicando unos minutos a analizar esa persona. Con una taza de té o café y bolígrafo en mano pensamos en lo que hace, sus inquietudes, sus sueños… No conocemos a todo el mundo en igual grado de profundidad pero sea quien sea la persona a la que vas a regalar, este ejercicio es mucho más útil (y menos estresante) que pasear por tiendas hasta ver qué encontramos. Podemos repetirlo con todas las personas a las que vamos a regalar hasta tener una lista completa de lo que queremos para ellos, podemos hacerlo sólos o acompañados, pero el objetivo es dedicar un espacio de reflexión que nos ayude a conectar con esa persona para encontrar el regalo más adecuado para ella.

Consumir conscientemente

El siguiente planteamiento es ¿dónde quiero o puedo comprar mis regalos? Mi propuesta este año es tratar de hacerlo en comercios pequeños. En primer lugar porque la compra se hace más agradable, es posible recibir una atención más personalizada y asesoramiento de alguien que, en la mayor parte de los casos, conoce lo que vende y quiere ayudarnos. Contribuimos además a ayudar a alguien que se esfuerza cada día por sacar adelante un negocio, algo que con la competencia de las grandes superficies no es nada fácil.

Consumir es algo que hacemos en piloto automático: habitualmente vamos a los sitios que nos quedan más cerca, compramos las marcas que son de nuestra confianza o a las que nos hemos habituado… pero un buen ejercicio de mindfulness puede ser empezar a consumir conscientemente. Aplicar esto a nuestro día a día puede parecer complicado, pero podemos empezar por los regalos: analizar de dónde viene lo que compro, quién lo ha fabricado y dónde, cómo puede afectar la fabricación de ese objeto a la sociedad o al medioambiente, qué aporta a la persona a la que voy a regalar… Es una buena manera de aportar conciencia a nuestra forma de consumir. Verás que poco a poco y de forma muy natural esto va introduciendo cambios en tus hábitos, cambios para mejor.

Y recordamos que, como ante cualquier nueva iniciativa, si nos planteamos regalar de forma consciente debemos ser flexibles y amables con nosotros mismos. Quizá este año no consigamos hacer un consumo realmente consciente, quizá terminemos corriendo a comprar algunos regalos, o pidiendo algunas cosas online… Lo importante será felicitaremos por los éxitos: hemos introducido un cambio que llega a consecuencia de nuestro esfuerzo. Con total seguridad hemos sembrado una semilla que va a darnos frutos muy valiosos.

Como siempre, te recordamos que si te apetece llevar mindfulness a tu vida, ponemos a tu servicio nuestros cursos de mindfulness en Madrid. Es la fórmula perfecta para lograr el cambio que estás buscando.